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domingo, 5 de febrero de 2012

¡Ah, querido!

¡Ah, querido! (que no es lo mismo que "¡ha querido!") ciertamente te he echado de menos, pero intentaba ignorarlo porque me entristece cuando pienso en aquellos días en que te veía día sí día también y siempre encontraba algo que contarte... Sabes bien que ya no es así. Nos vemos tan poco a menudo que casi olvidas mi nombre, pero no te apures, es sólo mi culpa. 
Estaba pensando en cómo he empezado, creo que lo voy a repetir otras veces, porque me encanta. Esas dos palabras... ¡Tan simples, tan puras, tan llenas de sentido! Cierto es que te quiero mucho, aunque no puedas saberlo y cierto también es que suspiro cada vez que pienso en ti, aunque no puedas notarlo. Dicen que deberías ser la última de mis preocupaciones y cuánto más me lo dicen, por encima de más cosas te pongo sin darme cuenta. ¿Por qué no puedo, como individuo, decidir en qué debo ocuparme? ¿Por qué tienen que venir a imponerme mis obligaciones? ¿No puede cada uno tomar sus propias decisiones? Es injusto y, sin embargo, no puedo remediarlo de ninguna forma, hecho en sí aún más injusto. 
Será por eso que te quiero, porque me escuchas y comprendes y compartes mi opinión, tan simple, pero tan corroída y vacía de posibilidades que deprime y se hunde como la ancla de una embarcación ya demasiado vieja que empieza a agrietarse por el peso de ella sin que el capitán se de cuenta.



=) [a pesar de todo] (R)

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