Las grandes cosas no existen, son mentira. Sólo hay pequeñas cosas y veces en que, por un casual, se juntan y podemos malinterpretar el paisaje que forman y creer que vemos algo grande. Efectivamente, las pequeñas cosas son enormes, pero repito, no hay grandes cosas, sólo casualidades que provocan ciertos efectos en nuestra percepción de lo pequeño. Estamos acostumbrados a nuestro tamaño -relativamente grande- y vemos lo que miramos como nos apetece. Muchas veces olvidamos que estamos tan mal hechos que no podemos ver lo que realmente importa, lo que hay de verdad. Por eso nos entusiasma recordarlo y, en consecuencia, empezar a ver con claridad y precisión las mismas cosas que mirábamos antes, pero de una manera equivocada. Porque a las personas, acertar nos encanta. Será porque no solemos hacerlo… Vivimos en un mundo, pero no lo vemos como es, sino como nos conviene. Eso es a lo que me refiero, a que hay que empezar a fijarse más, a intentar ir más lejos. Nos ponemos limitaciones voluntariamente, ¿cuán triste es eso? Los detalles, digo, tienen mucho que mostrar a nuestra torpe visión, pues que empiecen ya.
=) (R)
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